Susana Sanchis

Durante mi recorrido de autocrecimiento personal, hubo un día en el que pude mirar a la cara a una de mis creencias limitantes (cantos de sirena).

Eran tantos años escuchándome con el mismo discurso de victimismo, que cuando me enfrente a él, casi “muero del disgusto”. Fue un “darme cuenta”. Muy duro. En mi cabecita, siempre había esa voz interior que me decía: ¡tú no puedes!, mírate; eres una pobrecita. Entre otras voces y juicios.

Cantos de sirena tal y como hablé hace un tiempo de ellas. Esas voces que en la mayoría de los casos te inquietan. Esas voces que, al fin y al cabo, no eres más que tú misma criticándote por todo lo vivido.

Juicios, creencias, voces de mamá, voces de papá, la abuela. Voces que están en tu cabeza y te paralizan para pasar a la acción. A tú acción.

Llega un momento que debes parar, escucharte y responsabilizarte de ellas, para aceptarlas y darles su lugar. Al aceptarlas, te aceptas a ti y cuando ocurre, suceden cosas muy interesantes en ti, en tu vida y ¡en tu día a día!

Todavía recuerdo ese momento en que me quedé casi sin respiración y mis compañeros de Gestalt en silencio. A moco tendido y con enormes lagrimones pude dar las gracias a ese victimismo que durante mucho tiempo estuvo en mí, aceptarlo y darle un nuevo lugar en mi vida. El terapeuta que nos acompañó ese día me hizo ver que se puede estar en este mundo con otra mirada.  Totalmente agradecida.

¡Hay que ver el peso que tiene esa voz!

Y ¿tú? ¿Te has dado cuenta de las voces que te limitan?

“Te has estado criticando a ti mism@ años y años y no ha funcionado. Trata de aceptarte a ti mism@ y mira que ocurre”. (Louise Hay)

noun-leaves-1494181-602F7B

¿Necesitas ayuda?

Venga, escríbeme y reserva tu hora.

 Y yo, te acompaño a vivir tu vida con mayor conexión y plenitud, siendo TÚ la persona protagonista de tu vida. 

 

Taller de risoterapia

Podríamos definir la alegría como una emoción expansiva que se manifiesta en forma de una energía cálida y nos impulsa a compartir esta calidez con el otro.

No es una emoción estática, sino que es dinámica. No podemos pretender estar siempre alegres, porque no es realista.

La alegría bien integrada nos va a ayudar a relacionarnos con los otros de una manera sana, siendo capaz de verlos y respetarlos. Por ejemplo, un día estamos pletóricamente alegres, y nos encontramos con alguien y nos vienen unas ganas locas de abrazarlo bien fuerte, pero este solo nos da la mano; debemos ser capaces de sostener ese apretón de manos con la misma alegría con la que querríamos darle un abrazo.

La serenidad es lo que nos ayuda a gestionar la alegría de forma sana, ya que evita que nos vayamos al otro extremo: la euforia o el aislamiento total. Si nos aislamos tal y como lo hacemos cuando estamos tristes, seremos incapaces de compartir con el otro la alegría. Y si vamos hacia a la euforia arrasamos al otro, ya no lo vemos y le imponemos nuestra necesidad de compartir.

La alegría es una emoción que nos da mucha luz, energía y vitalidad. Y se puede manifestar como ternura, erotismo o curiosidad.

Y para ti, ¿qué es la alegría? ¿Me lo cuentas con algún ejemplo?

noun-leaves-1494181-602F7B

¿Necesitas ayuda?

Venga, escríbeme y reserva tu hora.

 Y yo, te acompaño a vivir tu vida con mayor conexión y plenitud, siendo TÚ la persona protagonista de tu vida. 

 

La tristeza es una emoción que nos ayuda a transitar un momento de cambio en nuestra vida, siempre y cuando la tengamos bien integrada en nosotros sin irnos al extremo de no compartirla y aislarnos.

Por ejemplo, si no aceptamos que lo que hemos perdido ya no está, normalmente pasamos a la rabia y nos quedamos encallados en esa emoción. Por eso, la tristeza se pasa mejor en compañía. De forma natural buscamos que nos acompañen para así compartir con el otro la emoción, de esta forma nos ayudamos a transitarla y no nos aislamos.

Nos incita a recogernos y a estar con nosotros mismos. En su forma más sana sirve para aflojarnos, para dejar ir alguna sensación o persona que teníamos y que ya no está. Cuando somos capaces de reconocer esto, nos es más fácil ver lo que sí tenemos.

La tristeza se manifiesta en el cuerpo con llanto, hiper empatía, sensibilidad, ausencia de hambre, baja energía, desmotivación, exceso de sueño…

¿Me cuentas algún momento en el que te hayas sentido triste?, ¿cómo la transitaste?

noun-leaves-1494181-602F7B

¿Necesitas ayuda?

Venga, escríbeme y reserva tu hora.

 Y yo, te acompaño a vivir tu vida con mayor conexión y plenitud, siendo TÚ la persona protagonista de tu vida. 

 

Aunque la rabia es una de las emociones que tiene “mala fama” recordemos que no hay emociones buenas o malas ya que todas tienen una función vital.

Puede ser tapada por otra emoción, por ejemplo, por la tristeza. En terapia individual, podemos llegar a reconocer que en realidad no es tristeza lo que tenemos, si no rabia.

La rabia nos sirve para pasar a la acción con determinación, como por ejemplo apartarnos del otro o poner límites cuando ya no queremos más contacto con el otro.  Eso no quiere decir que nos queramos apartar para siempre, si no que en ese momento sentimos esa necesidad.

¿Y cómo la podemos gestionar?

Pues siendo conscientes de aquello que nos molesta y nos causa frustración en algún momento. Si nos damos cuenta y aceptamos que hay algo que nos molesta, podremos gestionarlo, pero si no queremos darnos cuenta seguiremos enganchados a la rabia y lo pagaremos con los otros o con nosotros mismos.

No debemos confundir rabia con odio. La rabia no es una energía destructiva, el odio sí. De ahí que, si no la tenemos bien integrada, se nos pueda ver como una persona agresiva.

A nivel corporal la rabia se manifiesta con exceso de calor, ansiedad, mal humor, dificultad para conciliar el sueño, mucha hambre, retención de líquidos, exceso de peso, estreñimientos… En ocasiones puede pasar que no somos conscientes de nuestra propia rabia y el cuerpo nos lo muestra con estos posibles síntomas.

¿Te apetece explorar por la rabia?

noun-leaves-1494181-602F7B

¿Necesitas ayuda?

Venga, escríbeme y reserva tu hora.

 Y yo, te acompaño a vivir tu vida con mayor conexión y plenitud, siendo TÚ la persona protagonista de tu vida. 

 

Hace 3 años dejé mi trabajo estable como educadora social y con un sueldo de 2000€ mensuales. Cagada de miedo, por creencias limitantes, entré al despacho de mi directora, y le lancé mi decisión.

Una vez lo comuniqué, el mundo siguió su curso y yo me liberé. Me sentí feliz y orgullosa de mí misma. Pude traspasar mis creencias limitantes, y con ello mi miedo. Lloré de alegría cuando se lo comuniqué a mis compañeros. El miedo me conectó con mi objetivo y deseo de dejar mi trabajo y me impulsó al cambio. En definitiva, me hizo pasar a la acción y me activó para tomar decisiones importantes en mi vida. 

El miedo nos ayuda a sobrevivir y a tomar decisiones delante de un peligro ya que nos pone en alerta. Sin el miedo seríamos muy temerarios y pondríamos en peligro nuestra vida. La prudencia es una actitud sana para gestionar el miedo porque es un equilibrio entre la temeridad y la paralización que puede producir el miedo.

En conclusión, el miedo nos guía hacía retos que debemos afrontar para nuestra completitud. 

Y a ti, ¿el miedo te paraliza o te hace pasar a la acción?

noun-leaves-1494181-602F7B

¿Necesitas ayuda?

Venga, escríbeme y reserva tu hora.

 Y yo, te acompaño a vivir tu vida con mayor conexión y plenitud, siendo TÚ la persona protagonista de tu vida. 

 

“Las emociones son información, un aviso y una guía al servicio de la conservación, la relación y la socialización del individuo”. (Marcelo Antoni Lobo; Jorge Zentner. Las cuatro emociones básicas).

Las emociones nos dan información en momentos concretos de la vida. La relación que tengamos con nuestras emociones definirá por tanto nuestra realidad.

No son buenas ni malas. Todo dependerá de cómo las sentimos y cómo las tengamos integradas. Son vivenciales y dinámicas.

Tomando como referencia el libro Las cuatro emociones básicas, las cuatro emociones que son las referentes de todas las demás son Alegría, rabia, miedo y tristeza.

La alegría que de entrada parece buena, si no está bien integrada puede producir euforia y ansiedad. Incluso provocar que se esté en la parte más mental y poco conectado con la realidad y con la tierra. O la rabia, que parece una emoción negativa, si está bien integrada proporcionará coraje, capacidad de lucha, fuerza para pasar a la acción y determinación. Si no está integrada puede aparecer la agresividad.

Las emociones bien integradas son necesarias e indispensables para tener una vida sana. El problema es el enganche a una emoción, por ejemplo, a la tristeza. Entonces pasamos de emociones dinámicas a estáticas, y aquí es cuando vemos a personas depresivas.

Para mí las emociones son sentir; sentir con el cuerpo, sentir con la mente, sentir con el corazón, sentir con el instinto. En definitiva, son diferentes sensaciones que no son iguales para cada persona.

 

Y ahora que nos hemos adentrado en este camino, ¿para ti qué son las emociones?

Te leo.

noun-leaves-1494181-602F7B

¿Necesitas ayuda?

Venga, escríbeme y reserva tu hora.

 Y yo, te acompaño a vivir tu vida con mayor conexión y plenitud, siendo TÚ la persona protagonista de tu vida. 

 

Hoy, te cuento algo sencillo que hago casi cada día y que me ayuda a parar y aquietar mi mente.

Hago un parón de un ratito, sobre todo al mediodía. Me coloco en estado contemplativo después de comer. Si estoy en el comedor de mi casa me siento en el sofá, a veces con un té o a veces sin nada entre 10 y 20 minutos. Así el cuerpo asimila el cambio de la mañana a la tarde y es consciente que pasa a otro estado y a otro momento del día. Para mí es un buen momento y me va estupendamente para aquietar la mente, parar los quehaceres y relajarme.

No siempre es posible hacerlo en mi casa o no siempre puedo hacerlo. Pero no pasa nada. Sigo con el día y escucho mi cuerpo que lo nota.

¿Me cuentas qué haces para aquietar tu mente durante el día? 

¡Te leo!

noun-leaves-1494181-602F7B

¿Necesitas ayuda?

Venga, escríbeme y reserva tu hora.

 Y yo, te acompaño a vivir tu vida con mayor conexión y plenitud, siendo TÚ la persona protagonista de tu vida. 

 

¿Te acuerdas que hace unos días te contaba que hacer terapia es como subir una montaña? y ¿qué subir montañas no lo hace cualquiera?

El camino no va a ser siempre fácil, ni estable, ni llevadero.

El camino hasta la cima tiene sus dificultades que solo tú puedes afrontar, ya que tú decides hasta dónde quieres llegar, pues eres la única persona responsable de tu vida. Eso mismo ocurre con la terapia. De ahí mi expresión, ¡ir a terapia es de valientes!

Cuando una persona llega a terapia, en algunas ocasiones, espera que yo le solucione su vida rápidamente. Ni rápidamente, ni solucionar la vida. No tengo magia para hacerlo, ni soy la responsable de tu vida.

Mi responsabilidad contigo es acompañarte a subir la montaña, tanto en los caminos dificultosos como en los caminos más llevaderos, aportándote herramientas y conocimientos para poder llegar en el tiempo que realmente necesites y tú quieras invertir, sin juicios y amablemente.

Te cuento, que cuando inicias un proceso de terapia por las necesidades que sean, como, por ejemplo, la necesidad de ser escuchado para desahogarte, ruptura de pareja, un asunto pendiente con tu madre, elaborar ideas para poner en marcha un nuevo rumbo a tu vida…. pueden surgir otros temas a “tratar”, por ejemplo:

Una persona que llega a terapia porque tiene problemas con su compañera de trabajo; le altera, le pone de “mala leche” y tiene la necesidad de poner solución a este malvivir. Durante las sesiones vamos viendo que esta relación que le pone de “mala leche” se le repite a lo largo de su vida. Vamos viendo las otras situaciones y relaciones hasta llegar al “kit de la cuestión” (la Gestalt inconclusa, la herida). La “mala leche” no es su compañera de trabajo, es la relación con su madre. Llegados a este darse cuenta, se abre otra necesidad a trabajar, siempre que la persona quiera, responsabilizarse de este tema.

Con esto no quiero decir que no haya personas que no te “pongan de mala leche”, pues si las hay. Nuestros queridos espejitos, que se presentan en nuestra vida para “algo”. (Aquí y ahora con esto no voy a entrar, lo dejo aquí para otro día).

Ir a terapia es responsabilizarte de lo que te pasa y de cómo lo haces. Recuerda que con la persona que tienes delante, tu terapeuta, tienes un compromiso que debes cumplir. Estar a tu servicio no significa dejar a la terapeuta preparada con su mochila en la falda de la montaña, si decides no subir el día pactado hazte responsable y díselo.

Te ofrezco un espacio seguro de escucha y confianza para acompañarte en tu necesidad del momento. Ir a terapia es de valientes, subir montañas no lo hace cualquiera.

Envíame un mensaje y te informo.

noun-leaves-1494181-602F7B

¿Necesitas ayuda?

Venga, escríbeme y reserva tu hora.

 Y yo, te acompaño a vivir tu vida con mayor conexión y plenitud, siendo TÚ la persona protagonista de tu vida. 

 

Todas las personas tenemos un “algo especial” por dentro, una esencia que nos hace únicos en el mundo.

A las personas nos gusta reír, jugar, divertirnos…, pero de algún modo u otro, en algún momento de nuestras vidas, por la razón que fuese nos cortamos o nos cortaron ese disfrutar.

Te invito a que saques a ¡tu clown a pasear! Sí, a recordar y reír sin límites, sin miedo, sin juicios…

Te invito a que te asombres de las cosas cotidianas de tu alrededor, a mirarlas como si nunca antes las hubieses visto. Míralas como cuando un niño ve por primera vez algo nuevo. Asómbrate por cada cosa que suceda a tu alrededor como si estuvieras descubriendo el mundo, déjate sorprender por tu espontaneidad, curiosidad y creatividad.

Vive con plenitud y alegría y conecta con el gozo de estar en la vida. Adopta de nuevo la actitud de explorar la vida con entusiasmo. Y sobre todo disfruta y diviértete mientras sacas a tu clown a pasear.

¿Te atreves a probar? ¡¡Cuéntame!!

Si sientes que en estos momentos a tu vida le falta entusiasmo, contacta conmigo y hablamos, puedo acompañarte a reencontrarte de nuevo con esa chispa de la vida, el entusiasmo.

noun-leaves-1494181-602F7B

¿Necesitas ayuda?

Venga, escríbeme y reserva tu hora.

 Y yo, te acompaño a vivir tu vida con mayor conexión y plenitud, siendo TÚ la persona protagonista de tu vida. 

 

Cuando recibí mi primer masaje californiano de las manos de María Inés  no tenía muy claro cómo era el masaje.

No conocía la caminata de gato, ni otras técnicas específicas de este. He de decir que solo con la caminata de gato ya me fui de viaje y mi cuerpo, aunque al principio se resistía a relajarse, fue entrando de a poquito. Primero soltando tensión acompañándome de la respiración y poco a poco fui conectando con las ¡¡múltiples!! manos de la masajista. Digo múltiples, porque la sensación fue esa, mi cabeza dejó de controlar y me entregué a la experiencia de ser tocada con intención y presencia. Un masaje acogedor en donde las emociones salieron y Mª Inés me acompañó con su dulzura, como siempre antes había hecho en las sesiones de terapia individual.

Para mí recibir un masaje californiano es aquietar mi mente, parar y conectar con mi cuerpo. Aflojar mi cuerpo de tensiones tanto musculares como emocionales. A partir de ahí, bienvenidas son todas las emociones y sensaciones que se me van presentando.

Si recibes un masaje Californiano, piensa que siempre va a ser beneficioso para ti. Es un masaje muy cuidadoso, en donde vas a estar siempre acompañada@ des un lugar muy consciente, respetuoso y presente. Cualquier sensación o emoción que aflore estoy para acompañarte a sostener, transitar o transformar.

Si quieres vivir una experiencia así, ponte en contacto conmigo y te informo. No lo dudes, ¡ahora es un buen momento!

noun-leaves-1494181-602F7B

¿Necesitas ayuda?

Venga, escríbeme y reserva tu hora.

 Y yo, te acompaño a vivir tu vida con mayor conexión y plenitud, siendo TÚ la persona protagonista de tu vida. 

 

Scroll al inicio